domingo, 25 de agosto de 2013

OPINIÓN: PUNTO DE QUIEBRE

Foto: EFE

Increíble, pero cierto. Dentro de poco menos de un mes, Chile podría ser relegado a la Zona II Americana de la Copa Davis a manos de un país desconocido, sin tradición en el deporte blanco y que a duras penas redondea cuatro jugadores en el ranking ATP (diez veces menos que Chile), dos de los cuales difícilmente puedan ser considerados como competitivos a algún nivel. Pero la posibilidad existe, y lo que es peor: no es para nada baja. ¿Cómo llegó Chile a estar en este aparente camino sin salida? Aquí las respuestas.

¿Esperar? ¿Esperar a qué?
No se trata de menospreciar a los amigos dominicanos, que por primera vez cuentan con la gran opción de derrocarnos a nosotros, Chile, un gigante tenístico de la subregión.
Tampoco de subestimar las capacidades de Christian Garin, Gonzalo Lama o algún otro joven, cuya promisoria camada sin lugar a dudas nos traerá alegrías en el futuro.
No se confunda: Chile no está en una crisis. Esa palabra, al menos en el subcontinente que habitamos, queda para otros: Paraguay, Perú e incluso Uruguay, que sufre con la incierta situación del nacido en Argentina Pablo Cuevas y el semiretiro de uno de sus estandartes de los últimos años, Marcel Felder.
Las razones del desastre potencial que podría materializarse el próximo mes no tienen que ver con el ranking ni con los antecedentes individuales y grupales del equipo chileno.
Primero: la condición de visitante. Tantos años jugando la mayoría de las series como local le están pasando la cuenta al equipo chileno, ya que el reglamento indica que un país no puede enfrentarse al mismo país en condición de local dos veces consecutivas. Ya nos sucedió con Italia y Ecuador, y ahora la historia vuelve a repetirse... los resultados previos son conocidos.
Por cierto, el hecho de que los caribeños hayan elegido ejercer su localía en cancha rápida y bajo condiciones de calor y humedad similares e incluso peores a las de Manta, sólo agrava el difícil escenario de los chilenos. Salvo Capdeville, ninguno de los otros potenciales singlistas muestra resultados que los hagan parecer favoritos ante Víctor Estrella o José Hernández (los singlistas locales) en hard.
Aguilar es conocido por su aversión a las pistas rápidas, mientras que Podlipnik, pese a su peculiar estilo de juego de saque y volea, tampoco ha obtenido buenos resultados. ¿Garin? No ha jugado mucho, aunque se espera que el US Open Junior (que se juega en canchas parecidas) sirva de barómetro.
Todo esto, sin contar con el factor climático. En condiciones normales, Capdeville debería ganar un punto seguro y pelear el otro, y Garin estar en la disputa por ganar alguno de sus dos singles, todo esto asumiendo además que el dobles, bajo toda circunstancia es un punto casi ganado.
¿No le parece conocido el escenario? Claro: es lo mismo que ocurrió hace pocos meses, en Ecuador. Cómo terminó la situación, es innecesario volver a repetirlo...
Pero eso no es todo.
El momento de las mejores raquetas nacionales según la ATP difícilmente puede ser calificado de bueno. El número uno, Capdeville (y esto es muy relevante) afectado por una rebelde lesión a la espalda; el número dos (Aguilar) en un momento crítico de su carrera del que parece estar levantándose, pero a una lentitud que también es preocupante; El tres (Podlipnik) sumido en el pozo de la irregularidad, con más derrotas que victorias en Challengers; El cuatro y el cinco (Lama y Sáez) no han respondido a su promisorio final de 2012 e inicio de año; el seis (Saavedra) no parece -al menos, no ahora- competitivo a un nivel superior a los Futures...
En fin.
De todos los mencionados anteriormente, el caso más peligroso para las opciones chilenas en la serie de septiembre (corto plazo), es la hernia discal del que es, sin duda, el mejor tenista chileno de la actualidad: Paul Capdeville. Al momento de escribir estas palabras, el de Vitacura recién volvía a tomar una raqueta.
¿Su último partido? Hace poco menos de un mes, una derrota inapelable en Brasil, claramente afectada por la hernia. Antes de eso, el partido donde la lesión pasó a ser de consideración fue en la derrota ante... José Hernández.
¿Puede ser peor? Sí, claro: el mencionado Hernández pasa por el mejor momento de su carrera, no habiendo decepcionado en su salto a Challengers y dominando en Futures. Además, fue criado y creció jugando en pista dura.
Víctor Estrella, entre otras buenas actuaciones en el último tiempo, estuvo a un tris de avanzar al cuadro principal del US Open, siendo eliminado por el ascendente local Brian Baker, lo que demuestra su capacidad para jugar, y ganar en condiciones como las de septiembre...
El peor escenario está cerca. Ni Aguilar, ni Podlipnik, ni cualquier otro chileno con posibilidades de jugar en septiembre (Garin podría ser la excepción) parece con opciones altas de vencer a los dos dominicanos.
Sin Capdeville, ¿podemos ganar? Puede ser, aunque depende todo de Garin. Debería ganar sus dos singles (cosa poco probable, considerando el nivel de los rivales y el físico) y apostar a la lógica en el dobles. Está más que claro, sin "Capde", los locales son amplios favoritos.
Y otra cosa, ¿está un chico de 17 años preparado para semejante presión?
¿Y con Capdeville? El escenario varía, asemejándose más al de Manta. Pero no deja de ser peligroso.
De que es posible que Chile gane, es posible. Si Capdeville se recupera (en principio llegaría con lo justo), más aún.
Pero también es posible que perdamos. No sólo posible, sino que aún peor: probable.
Tal vez, y espero que así sea, Chile gane y toda esta columna carezca de sentido.
Pero el llamado de atención vale igual, y sobre todo cuando estamos peligrosamente cerca de perder una serie de Copa Davis frente a un país que tiene diez veces menos (sí, diez) jugadores en el ranking ATP que nosotros.
Y aunque sea difícil de creer, tener dos singlistas de nivel Challenger, ser local y tener a favor las condiciones de la cancha y el clima, parece estar siendo suficientes para mandarnos a sentarnos al rincón, al menos por 2014.
Y eso sí que sería fatal: la prensa destruyendo al equipo, la gilada llenándose la boca con críticas injustas y despiadadas.
Fatal para Capdeville, para Prajoux, incluso hasta para Garin, para todo el equipo, en fin: para el tenis.
Insisto: tal vez no se de.
Pero el sólo hecho de que haya duda, y sobre todo cuando esa duda es tremendamente bien fundada, es ya motivo de darle una vuelta al asunto y pensar...

* Por Cristóbal Karle, administrador blog Camino a Olimpia, @crustaceokarle en Twitter

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